UNION NACIONAL DE TRABAJADORES

INTERVENCIÓN DE Francisco Hernández Juárez, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO DE TELEFONISTAS DE LA REPÚBLICA MEXICANA Y PRESIDENTE COLEGIADO DE LA UNIÓN NACIONAL DE TRABAJADORES,

EN LA CONSTITUCIÓN DEL "FRENTE SINDICAL-CAMPESINO Y SOCIAL"


México, D.F., 27 de marzo de 2003.

Compañeros de Organizaciones Campesinas y Sindicales:

Compañeras y compañeros:

La constitución de este Frente es, sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos más importantes en muchos años, no sólo para las organizaciones sindicales y campesinas que hoy nos integramos en él, sino para el conjunto de la sociedad mexicana. Estamos tomando una iniciativa responsable y un compromiso ciertamente histórico, para superar la dispersión, la fragmentación y el aislamiento en el que nos mantuvimos durante décadas, más que por voluntad propia, como resultado de las prácticas y estructuras del Estado corporativo que hemos decidido transformar.

La conformación de este Frente ocurre en una coyuntura particularmente compleja y delicada, en la que está en juego el futuro del país y en la que está en juego también el futuro de un orden mundial cada vez más injusto y desigual, caracterizado por las imposiciones y por la arrogancia de poderosas oligarquías multinacionales que, aliadas con codiciosas y dóciles oligarquías nacionales, buscan imponer un orden económico, político y social en el que sea el dinero y no la gente lo que importe, por eso es que esas oligarquías poderosas no respetan lo mismo vidas humanas, que el empleo de las personas, que los salarios dignos y los derechos de los trabajadores, que el medio ambiente y el destino de las futuras generaciones, o la paz y el equilibrio en el orden mundial. (La invasión de Irak es una gravísima muestra de ello).

La coyuntura en la que nos encontramos es el producto de la acumulación de contradicciones en la dinámica de ese orden mundial oligárquico y excluyente; esas contradicciones no sólo no van a desaparecer, sino que se van a profundizar si no logramos cambiar esa dinámica autoritaria, excluyente y oligárquica, por una nueva dinámica incluyente, participativa, por una nueva dinámica social capaz de oponer al poder del dinero el poder de la gente, el poder de sociedades globales cada vez más integradas, más movilizadas, más críticas, con instituciones nacionales y mundiales capaces de crear nuevos equilibrios de poder en cada país y nuevos equilibrios de poder en la cada vez más frágil y amenazada comunidad internacional.

En un Estado como el mexicano, hablar de una sociedad más autónoma, más participativa, más integrada, significa necesariamente hablar del fin del corporativismo y de sus formas de dispersión, de control autoritario y de manipulación. En un Estado como el mexicano, hablar de una sociedad fuerte implica hablar de la reforma del propio Estado, de la construcción de nuevos pactos sociales, de nuevas instituciones, de nuevos acuerdos y equilibrios de poder como parte de una verdadera transición a la democracia.

Con este Frente, los trabajadores sindicalizados y los campesinos mexicanos actuando juntos, buscamos no sólo cambiar nuestro propio destino, sino actuar en la construcción de esa nueva sociedad mexicana con acciones concretas. Proponemos iniciar esa construcción a partir de un cambio profundo de estrategias nacionales en materia agropecuaria y laboral, porque lo agrario y lo laboral son áreas estratégicas de las que dependen factores claves para la Nación, como la soberanía, la sustentabilidad, el desarrollo económico, la productividad, la competitividad, el fortalecimiento de la economía interna con distribución del ingreso y de la riqueza.

Proponemos además una política de Estado para el campo; proponemos un nuevo pacto social en el campo, que inicie con reconocer la situación de emergencia por la que éste atraviesa, con una nueva política presupuestaria y, de manera fundamental e insoslayable, exigimos la revisión del apartado agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

En el mismo sentido, la revisión del Tratado de Libre Comercio debe integrar los derechos laborales y ambientales.

Proponemos también, como desde hace varios años lo hemos venido haciendo desde la Unión Nacional de Trabajadores, una reforma laboral y productiva integral, que inicie con la revisión y democratización de las instituciones públicas del trabajo y en el que las instituciones sociales del trabajo, como los sindicatos, estamos dispuestas a seguir transformándonos y democratizándonos. La reforma institucional del mundo del trabajo en México debe preceder a una reforma participativa y con consensos de la legislación laboral, por eso necesitamos evitar cualquier imposición de una reforma unilateral o corporativa de la legislación laboral. Hacemos un llamado a los legisladores, en especial a los integrantes de la Conferencia Parlamentaria, para no convalidar una reforma autoritaria de la legislación laboral, como es el Proyecto Abascal.

Para nadie es un secreto que las iniciativas para una reforma autoritaria de la Legislación Laboral en México provienen en realidad de organismos como el Fondo Monetario Internacional y el banco mundial, y que desde hace varios años, estos organismos han buscando precisamente vulnerar y sustituir al multilateralismo por unilateralismo, por hegemonismo de los grandes capitales sobre la comunidad internacional y sobre las sociedades nacionales. Es evidente que, en tanto proyecto de las oligarquías, la guerra puede convertirse en un mecanismo de presión adicional que justifique lo mismo la imposición de las reformas a la Legislación Laboral, en materia Energética o de Telecomunicaciones en contra de los intereses sociales y nacionales y a favor de las oligarquías.

De aquí también que rechacemos al Acuerdo de Libre Comercio para las Américas, que por sus características y por las condiciones mediante las que pretende ser impuesto por estos mismos poderes oligárquicos, sin la participación ni el consenso de las sociedades, se convertirá en un nuevo instrumento de agresión a las sociedades y para la profundización de la pobreza global, tal y como ha ocurrido con el Tratado del Libre Comercio de América del Norte.

Respaldamos, desde luego, la decisión del gobierno mexicano a favor de la paz, pero nos parece que este pronunciamiento es absolutamente insuficiente, porque el cambio democrático sigue siendo una promesa incumplida en nuestro país, y los mexicanos necesitamos definir un nuevo pacto social equitativo, justo, respetuoso del Estado de Derecho, del que no sólo se beneficien los grupos oligárquicos nacionales y multinacionales. Necesitamos seguir avanzando en la Reforma del Estado, en la transición a la democracia, en la discusión de un nuevo proyecto de Nación y de nuevo orden mundial que no cederemos a las oligarquías, de aquí que este Frente busque proyectarse a través de alianzas, acercamientos y redes con organizaciones sindicales y sociales en el plano internacional.

Estamos dispuestos a seguir creciendo como sociedad, desde nuestros orígenes como trabajadores, como campesinos, como nuevos actores sociales con un nuevo sentido de unidad, de solidaridad, de acción y de lucha que nos da este Frente, en lo nacional y en lo internacional. Nos reconocemos como expresión de una sociedad mexicana más participativa, más exigente, más dispuesta a defender y a construir sus derechos trascendiendo la rigidez del corporativismo; nos reconocemos también como expresión de una sociedad global más participativa, más exigente, más dispuesta a enfrentar la arrogancia de las oligarquías multinacionales y a construir un nuevo orden global con mayor equidad y justicia.

¡¡¡ POR EL BIEN DE LOS TRABAJADORES Y CAMPESINOS Y LA SOCIEDAD EN GENERAL !!!

¡¡¡ VIVA MEXICO!!!

Muchas gracias.

Alianza UNT-Campo
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