U nión Nacional de Trabajadores |
PROPUESTAS DE LA UNT
FRENTE A LAS REFORMAS A LA LEY FEDERAL DEL TRABAJO
La UNT sostiene que, hasta el momento, no existen condiciones para una reforma democrática, incluyente y consensuada de la legislación laboral en nuestro país. Esto significa que los escenarios actuales para la reforma son de lo más desfavorables y adversos para cualquier cambio de la Ley, no sólo desde el punto de vista de los trabajadores, sino del desarrollo productivo del país y del interés nacional.
La UNT considera necesario, en primer término, definir un método para la reforma, es decir, establecer, necesariamente por consenso entre todos los actores involucrados, el cómo de la reforma para de ahí plantear qué se tiene que reformar y el por qué.
El paso inicial en este proceso es, sin duda, la construcción de escenarios diferentes, democráticos, participativos e incluyentes, en los que se establezcan compromisos que sean respetados por las partes y en el que, sobre todo, se discutan las propuestas, conceptos e ideas de los diferentes actores sobre la propia reforma. Es necesario que las partes conozcan las diferentes posiciones y argumentos, los discutan y analicen y en función de ello sostengan propuestas sólidas y bien estructuradas que puedan ser llevadas a un gran debate y consulta nacional, en la que participen los propios trabajadores.
LA UNT EXPLICA SU CONCEPCIÓN DE LA REFORMA Y LA S
QUÉ DEBE SER LA REFORMA LABORAL.
En todo momento, la posición de la UNT ha sido la de luchar por una reforma laboral y productiva que forme parte de una reforma social, económica y democrática del Estado mexicano.
Una reforma laboral y productiva es aquella que tiene por objeto la actualización y adecuación del conjunto de las instituciones, leyes y prácticas económicas, políticas, sociales y culturales del mundo del trabajo, con el fin de que, efectivamente, nuestro aparato productivo pueda enfrentar exitosamente los retos de la globalización económica, la revolución tecnológica, la competencia por los mercados y la integración de grandes bloques comerciales, con base en la revalorización del trabajo y del trabajador, en el desarrollo de las capacidades productivas de las empresas y en una profunda reforma institucional y de las políticas en materia laboral y productiva.
Lo anterior implica, inevitablemente, transformar al corporativismo, sus prácticas y relaciones, porque constituye uno de los obstáculos principales para el desarrollo productivo y social de México.
Para la UNT, en este sentido, la reforma social y democrática del Estado debe ser entendida puntualmente como la transformación de las estructuras, relaciones y prácticas corporativas del propio Estado, fortaleciendo la soberanía nacional.
Substituir al corporativismo por un proyecto democratizador, plural e incluyente parece ser la única opción de cambio verdaderamente válida para el movimiento sindical. Esto es especialmente claro en un momento en el que el gobierno y algunas fuerzas sociales y políticas parecen apostar a una renovación del corporativismo, intentando mantener el control y la intervención gubernamentales en la vida sindical aunque, eso sí, con nuevos interlocutores y matices. La UNT rechaza la dinámica hasta ahora seguida para la reforma a la Ley Federal del Trabajo, porque entre otras cuestiones, ha sido eminentemente corporativa y antidemocrática.
Para las organizaciones, reestructurar democráticamente al sindicalismo implica tomar decisiones y llevar adelante procesos complejos e insoslayables, revisando y reconstruyendo las estructuras y los acuerdos que las normaron bajo el corporativismo. Deben emprender su propia transformación estructural y orgánica, a fin de construir nuevas relaciones con el gobierno, con los empresarios y con la sociedad, así como garantizar para los trabajadores la participación de los beneficios económicos del crecimiento productivo.
La reforma laboral-productiva constituye la gran tarea pendiente en la agenda democratizadora del país, sobre la que no hay avances ni consensos y sobre la que, en cambio, existen propuestas unilaterales y excluyentes sumamente limitadas como, por ejemplo, la de suponer que la sola reforma de la Ley Federal del Trabajo resolverá los rezagos productivos o eliminará al corporativismo sindical, a sabiendas de que éste no es sólo sindical, sino también patronal, y que no podrá ser transformado en ausencia de una reforma profunda del papel y de las facultades gubernamentales en materia productiva y laboral.
Por lo mismo, la UNT sostiene que la reforma laboral-productiva debe realizarse en el contexto de una reforma estructural más amplia, la de la reforma social y democrática del Estado.
Es necesario avanzar y ganar en consensos, en la apertura y creación de nuevos espacios democráticos de y para la sociedad, y por ello la reforma laboral no puede plantearse como un proceso aislado ni como una concertación cupular entre el gobierno y algunas organizaciones.
La estrategia de nuestra organización dentro del movimiento obrero es la unidad en la acción en pos del cambio de las políticas públicas. De ahí que sea necesario buscar las coincidencias con otras organizaciones para impulsar juntos los cambios que demandamos, evitando a toda costa la negociación al margen de los trabajadores.
Por lo que se refiere a los desafíos inmediatos, todo indica que el objetivo principal debiera ser, sin duda, la creación de un escenario propio de los trabajadores para la reforma laboral productiva, tomar la iniciativa para alcanzar un cambio en la correlación de fuerzas en el país. Los aspectos que habría que considerar para esta iniciativa son:
La UNT reitera su posición en el sentido de que los cambios a la legislación laboral deben darse sólo mediante un proceso democrático y no corporativo y en el contexto de una reforma laboral-productiva integral, que a su vez se ubique en un proyecto de reforma social y democrática del Estado.
La reforma laboral-productiva debe de convertirse en el sustento y en el impulso para consolidar una verdadera transición democrática en México.
En este sentido, el método a seguir estaría determinado por los pasos siguientes:
AREA I. Diagnóstico productivo nacional
AREA II. Acuerdos productivos sectoriales y regionales (Reforma Microeconómica y nuevo modelo de Relaciones Laborales).
AREA III. Reformas legales y reglamentarias
AREA IV. Acuerdo productivo para el desarrollo social y la competitividad económica. Este ACUERDO deberá contemplar, entre otras, medidas que:
AREA V. Pacto para la reestructuración de la economía nacional en la globalización: determinación de una política económica de Estado y de políticas públicas con base en acuerdos microeconómicos productivos.
Algunos de los más importantes son:
derecho a la permanencia en el trabajo y a las obligaciones derivadas del patrón efectivo y del substituto
"POR LA UNION DEMOCRATICA DE LOS TRABAJADORES"
México, D.F., 31 de Agosto de 1998
PRESIDENCIA COLEGIADA
Antonio Rosado García |
Agustín Rodríguez Fuentes |
Francisco Hernández Juárez
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